Adentrarse en esta película es toda una odisea al tratarse de una de las películas más controvertidas del cine de terror, muchos la llaman la película de “lo que pudo haber sido y no fue”, para otros, como Scorsese, considerada como una película de culto superior a la primera, para muchos una película incomprensible, para la gran mayoría una película muy mala, malísima, y para muy pocos, minoría absoluta; una gran película.
Lo primero que hay que decir es que el escritor de la novela de EL exorcista, Willian Peter Blaty, nunca pensó en hacer ninguna secuela como tal de la primera película. Ya que lo que hizo con Legión, no es propiamente una secuela. Tampoco Willian Friedkin pensó en hacer una secuela. De hecho, cuando la Warner se lo propuso su respuesta fue contundente: “Karras murió, ya no hay secuela posible”.
Pero la productora quiso aprovechar el impresionante éxito de El exorcista por todos los medios y quiso hacer una secuela a lo grande. Si El padrino parte II había superado a la primera, ¿por qué un exorcista II no? Este era el pensamiento. Una buena pretensión, algo difícil pero no imposible. El ejemplo de El padrino lo corroboraba.
El apasionante proyecto contaba con un problema, que Friedkin se desentendía del proyecto, no le interesaba. Y Blaty lo mismo, no tenía ningún interés de hacer ninguna secuela, al menos por el momento.
Lo primero que se hizo fue el guión, estuvo a cargo de Willian Goodhart, que escribió un guión titulado “El hereje”, que basó su guión en torno a las teorías del teólogo Teilhard de Chardin, jesuita, paleontólogo, arqueólogo… que era el que había inspirado a Batty cuando escribió el personaje del padre Merrin en El exorcista.
La idea de Teilhard de la evolución de la humanidad para formar un todo telepático fue lo que incorporó Goodhart en su guión, añadiendo una explicación más explícita de algo que se mantuvo ambiguo en la primera, es decir, lo que había poseído exactamente a Regan y el por qué.
El director elegido fue John Borman, que se había negado en el año 1973 cuando le propusieron dirigir la primera entrega. Pero no le gustó el guión de Goodhart, por lo que el guión se reescribió infinidad de veces, fue todo un tira y afloja entre Borman y Goodhart. El aquí el origen del desastre de esta película.
Un gran potencial de la película estaba en el reparto, contaron con Linda Blair, Richard Burton, Max Von Sydow y Louise Fletcher. Ante la negativa de Ellen Brustyn de volver a participar en nada que tuviese que ver con El exorcista, tuvieron que contratar a la que hizo de Sahron en la primera entrega e inventarse que Chirs estaba rodando fuera. Tenian a gran parte del reparto de la primera y buenos actores con nuevos personajes.
Se dice que en unos de los primeros bocetos del guión de Goodhart, el teniente Kinderman tenía cierto protagonismo, pero a la muerte Lee.J. Cob, se eliminó este personaje. Otro gran error que llevaría al desastre. Pero esta interesante idea la recuperó Blatty en Legión.
Otro gran potencial de la película fue su banda sonora, compuesta por Ennio Morricone. Una excelente partitura original que casi es lo mejor de la película. Y otro potencial es que también contaban con Dick Smith, el encargado de maquillaje de El exorcista cuyo trabajo le valió un Oscar. El inconveniente fue que Linda Blair no quería volver a someterse a las largas horas de maquillaje, por lo que para las escenas de flasback se recurrió a una doble.
Otro potencial fue la ambientación y el decorado. Ya que ante la negativa del ayuntamiento de Georgetown a volver a rodar en sus calles y escalinatas, los estudios tuvieron que reconstruirlo en decorado. Y hay que decir que lo lograron muy bien. Se hizo una réplica de la casa de los Macneil, de la calle Prospect y de los escalones, incluso con el puente de fondo. Maravillosa recreación.
El proyecto tenía todos los ingredientes para ser una gran película, sino a la altura de la primera, al menos muy digna; un buen plantel de actores, una historia interesante con profundidad, buenos decorados, una buena banda sonora… Pero entonces… ¿qué paso?
El guión, el maldito guión. Fue un desastre, un tira y afloja que acabó por cargarse la coherencia de la historia, la seriedad de lo que contaba, la profundidad del argumento. Y eso que intentó repetir un esquema utilizado en el guión de El padrino parte II, que es convertir la película en una secuela y una precuela a la vez, es decir, continuar la historia por adelante y por atrás. Pero ni por esas. Se convierto en un desastre que no se sabía ni lo que quería contar. Se mezcló la metafísica, la religión, la ciencia, la fe, los exorcismo africanos, las langostas, la curación, la telepatía… Un conglomerado de interesantísimos temas mal engarzados, mal reflexionados y contados sin coherencia. Muchos críticos comentaron que se trata de una de las películas más incoherentes del cine. Aunque para críticas la de Friedkin, quien afirmó; vi media hora de esta película y pensé que era tan mala como un accidente de tráfico. Era horrible, era un desastre hecha por un tonto.
Aun así cuando la película se estrenó despertó mucha expectación, la gente se agolpaba para ver la continuación de una de las mejores películas de terror de la historia del cine. La engañosa publicidad la vendió utilizando frases publicitarias como: “mas aterradora que la primera parte”. Sin palabras.
Así como El exorcista tenía un claro conocimiento de teología, El exorcista II es la obra de alguien que no tiene familiaridad con el catolicismo, la película está llena de frases estúpidas puestas en boca del personaje de Lamont como: el mundo ya no necesita más santos. Al menos Friedkin se había procurado tres sacerdotes asesores.
Otro fallo de guión es que no se hace mención del padre Karras, y ponen al padre Merrin con una dudosa reputación, algo que en la primera es todo lo contrario, Merrin tiene fama de santidad y por eso es llamado como exorcista primero.
Algo interesante teológicamente hablando de El hereje, es que se da una nueva visión de las posesiones, como que el demonio parece ser capaz de influir mentalmente en los pensamientos y las acciones de las personas sin tener que poseerlas físicamente, algo que se demuestra en el personaje de Sharon y Lamont.
Y el clima más “similar “ a la primera, y medianamente bien logrado, es la escena cuando el padre Lamont quiere visitar la casa en Georgetown, toda esa escena de Sharon esperandole al final de las escaleras, la lluvia, entran a la casa, sube a la habitación, la famosa cama envuelta en plástico.
Pero no era suficiente, el guión de Goodhart era muy débil, sus personajes no tenían profundidad, estaba lleno de incoherencias, de lagunas, de cortes…
Esta es la triste historia de un proyecto que tenía todo el potencial para ser una interesantísima película y de cómo un mal guión sin profundidad y con escaso conocimiento en el tema pueden convertir el proyecto en una de las peores secuelas de la historia del cine. En algo que Legión (el exorcista III) pasó por alto como si nunca hubiese existido una segunda parte. Pero aún así y por todo su potencial, El hereje se ha convertido en una película de culto. Algo muy curioso en la historia del cine, aunque no es el único caso, que un desastre e incoherente película sea de culto.
Hay mucho mas tela que sacar de esta película, me gustaría contar la historia que quiso contar, y que conto mal, Goodhart, la trama, contar las distintas teorías que circulan sobre el guión… pero.. Para otro día.
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