¿Sabes lo que es un flashback?

¿Sabes lo que es un flashback?

sábado, 28 de marzo de 2020

HER


Estamos ante una de las mejores reflexiones hecha cine. La historia de un solitario oficinista que no supera el divorcio de su esposa, sirve de pretexto para el director Spike Jonze para hacer esta intensa reflexión sobre la soledad, el individualismo, la sociedad líquida de la que habló Zygmunt Bauman… Una deslumbrante crítica al vacío que produce sustituir lo real por lo virtual.



   La película en un supuesto futuro, que ya casi es un presente,  retrata la época del individualismo por antonomasia. Todo queda reducido a la mera percepción individual que aparentemente no necesita de nadie. Y ahí está el error del protagonista, y por ende, de la sociedad. Este individualismo atroz lleva al protagonista a sustituir el amor humano-corporal por una maquina-virtual pensando que la  maquina es lo que pude darle satisfacción. Este individualismo-egoísmo genera una nueva situación: el “amor líquido”, expresión de Bauman. Es decir un amor rápido,  inestable, pasional… Una relación de bolsillo que se guarda para poder sacar cuando haga falta. Son relaciones agradables y breves y en las que solo importa la conveniencia. Es el deseo sin compromiso. Sin futuro. 



   La película refleja lo que hoy ya es una realidad; la urgencia consumista que ha distorsionado el terreno de los afectos, forzándonos a pensar  las relaciones en términos de coste y beneficio. Relaciones para el consumo inmediato, y si luego resultan ser defectuosas o no plenamente satisfactoria, pues como un objeto más de consumo de usar y tirar, se intercambia por otra.




Una escena muy ilustrativa en este sentido sobre la nueva forma individualista de concebir las relaciones es la del protagonista que va deslizando rostros en su pantalla como quien ojea un menú hasta encontrar la indicada para pasar la noche virtualmente.  Un placer egoísta que genera en el protagonista una insatisfacción crónica al darse cuenta de lo inhumana que es la situación: una absoluta desconocida con gustos necrófilos gimiendo tras un teléfono.  Una clara crítica que hace Spike Jonze a la sensación de vacío que produce el cibersexo en un individualismo desencarnado.




  El personaje de Teodoro esta conectado pero solo. Algo que le costará ver y entender. Una maquina no puede satisfacer el deseo de plenitud. Aplicaciones de amor a la carta en búsqueda de satisfacciones inmediatas, relaciones frágiles que traen consigo el desconocimiento absoluto del otro, el incremento de la desconfianza y la violencia. 

   Una de las claves para entender la película y al protagonista, es la que le dice su ex pareja: “siempre quisiste tener una mujer sin tener que enfrentarte a los problemas de la vida real”. La virtualidad como una manera de eludir el compromiso, la duración, los problemas interpersonales. Lo virtual permite conectarse parcialmente sin necesidad de relevarse de manera total. Se crean así relaciones superficiales, conexiones frágiles de las cuales resulta tan fácil  salir como entrar. Relaciones enmarcadas dentro de la lógica del consumo.


  El “amor” virtual no concibe la dificultad ni el sufrimiento ni los problemas, sino que han de ser relaciones breves, agradables y fáciles. Se ve reflejado en la escena que después de una crisis entre Teodoro y la máquina, esta le dice ha experimentado nueva sensaciones y ahora está conectada con 8.316 usuarios y enamorada de 641. El amor líquido es un objeto de consumo que no conoce lo que es la fidelidad, el sacrificio por el otro ni la entrega.  Solo importa el yo individual en un incesante fluir y gozar de experiencias sensibles, furtiva, momentáneas y fugaces.

   La película hace una gran reflexión sobre la soledad de la era moderna en la que cada cual vive “conectado” a un vació que aleja de las personas reales, alternándolo con bellas imágenes de la noche, la ciudad, los edificios. Miles de personas en sus hogares, pero aisladas, solas. El gran dominio de la técnica video clip del directo le vale para retratar con sensibilidad y cierta nota de tristeza esta situación.
   Y por supuesto uno de los mejores trabaos de Joaquín Phoenix, encarnando el hombre posmoderno por excelencia, desencantado, frustrado, adicto a lo digital, eludiendo el compromiso, inmerso en la lógica consumista de los desechable en la que cuando ya no funciona    la relación, cambia la pareja por las redes.



jueves, 26 de marzo de 2020

HIJOS DE PAPÁ


   Estamos  ante una de las mejores colaboraciones entre el escritor Vizcaíno Casas y el director Rafael Gil, y quizá de las más personales; "Hijos de papá". La tercera colaboración del director y el escritor.


   La película se divide en dos partes: la primera en blanco y negro cuenta las andanzas de un grupo de jóvenes españoles en la segunda mitad de los años cuarenta; las estrecheces económicas, la devoción religiosa, el cabaré, el cine americano, el recato de las mujeres, la picardía de los chicos, los sacerdotes rígidos, Manolete… y la manifestación multitudinaria en la plaza de Oriente de 1946 en apoyo a Franco y en rechazo al aislamiento internacional de España.
   Y la segunda mitad  se desarrolla en 1978, cuando los jóvenes de 1946 son ya padres que han cumplido la cincuentena y se enfrentan a un mundo desconcertante, sobre todo por sus hijos, que hacen una vida muy diferente a la que ellos tuvieron. El desencanto, la falta de valores, la nostalgia por un pasado irrecuperable, las aventuras más graves de los jóvenes con las drogas y el sexo. La película lanza una pregunta: ¿Qué ha ocurrido con el relevo generacional? Los padres esforzados y sacrificados se dan cuenta que  han tenido solo  hijos de papá incapaces del menor sacrificio.


   Aunque no todos serán así. Por fortuna, los padres tendrán ocasión de descubrir también sus propios fallos, sus errores, así como las virtudes que algunos de los jóvenes contemporáneos atesoran.
   El segmento en blanco y negro (que incluye una escena de “El clavo”) tiene una fuerte carga de nostalgia y de reivindicación generacional, aunque esté envuelto en el humor característico de Vizcaíno Casas. La segunda parte en color, que se inicia con los protagonistas veraneando aburridos en Benicasim, posee el tono satírico y a ratos grotesco de los dos títulos anteriores.



   Algunos aspectos de la juventud están descritos con mordacidad, sobre todo su incomprensible vacío existencial, tal vez fruto de una adolescencia demasiado cómoda. Pero el tiempo no pude detenerse, de ahí el contraste devastador entre la reunión en el casino del grupo de ancianos (magnifico Antonio Garisa), haciendo exactamente lo mismo que treinta años antes, y el ritmo vertiginoso de la vida actual, simbolizado en las fiestas de la discoteca y la canción que interpreta el grupo Charol. 


   Entre las diferencias generacionales se trasluce el simbólico mensaje: el respeto al pasado es imprescindible para encarar el futuro, sobre todo porque el presente de hoy se convertirá mañana en pasado y así sucesivamente.

   Destacar al conjunto de portentosos actores que conforman el reparto, con el incomparable José Bódalo a la cabeza, bien secundado por Irene Gutiérrez Cava, Antonio Garisa, Florinda Chico, Fernando Sancho, Agustín González (encarnando a un chaquetero político muy propios de la época que pasa del partido Falange al partido Socialista), Alfonso del Real, Antonio Casas, Rafael Hernández… y una joven debutante Ana Obregón.
   La película fue un enorme éxito que contradecía con el silencio de la critica . Quizá lo más que se le achacaron algunos fue la película pinta unos años cuarenta en exceso pulcros, en tanto que la nota esperpéntica a veces se vaya de la mano en la última fase de la historia. Pero aún así, no le falta sinceridad, convicción, y por supuesto, buen oficio cinematográfico del gran Rafael Gil.



viernes, 20 de marzo de 2020

FRANCO, UN PROCESO HISTÓRICO (Franco en el banquillo)


   Estamos ante una película atípica dado su carácter vanguardista para la época y que constituye hoy todo un documento histórico, y curiosamente un documento que hoy, cuarenta y cuatro años después de la muerte del Caudillo, puede resultar de actualidad dado la vuelta revisionista  y revanchista al pasado en la que ha acabado convirtiéndose la supuesta ley de memoria histórica.  Esta película si que fue un intento de “memoria histórica” sin un pretendido sectarismo y con una noble intención de objetividad.



   Esta película-testimonio-documental está dirigida por Eduardo Manzanos Brochero, que a pesar de otras interesantes películas comerciales, hizo un interesante documental sobre la guerra civil que es hoy un documento de excepcional valor histórico. Y otras interesantes películas documentales más desenfadas como “Las canciones de nuestra vida” o “El chiste”.



   Hay que decir que esta película fue un rotundo fracaso de taquilla, ya que en el año 1981 no existía ningún interés de volver al pasado como existe hoy, sino una mirada al futuro y al disfrute de las libertades adquiridas, por ello estamos ante una película adelantada a su tiempo al menos en treinta años. Se trata de una simulación de un juicio hacia el general Franco con testimonios reales de intelectuales y testigos que van desde Felipe González Francisco Umbral , Nicolás Redondo, Ramón Tamames, Enrrique Mujica, Salvador Muñóz Iglesias… Testimonios que vivieron muy de cerca los años del franquismo y que ofrecen al ficticio tribunal su particular valoración.  El proceso va desarrollando su peculiar revisión a Franco estructurado en distintos bloques temáticos como: resurgimiento económico, política exterior, Iglesia y Estado…
    Y destacar a los dos únicos actores que son los que interpretan al defensor, portentosamente interpretado por Miguel Ayones, y el fiscal, por Antonio Mayans.



 
   Evidentemente no es una película de entrenamiento, sino un documental histórico envuelto en un juicio ficticio. Al final de la película se dan los nombres de otros muchos testigos que fueron invitados para intervenir en esta película y que dieran su testimonio pero que desecharon la invitación. Por ejemplo, hubiera sido muy interesante la participación de testigos excepcionales de ese periodo como D. Emilio Romero o D. Blas Piñar…

   En la película se puede observar que incluso desde la postura de la acusación, hay un discurso elaborado y que nunca cae en el insulto gratuito ni en la ofensa chabacana, como si hacen hoy los antifranquistas actuales que, como carecen de intelectuales y de historiadores verificados, suelen ejercer, más que un anti franquismo razonable como se ve en esta película, un odio y un revanchismo mal sano a cargo de cualquier indocumentado que tiene un programa de televisión o un micrófono radiofónico desde el que  ejercer ese odio prefabricado que ni es historia ni es veraz. Nada que ver con aquel anti franquismo ejercido con veracidad por Neruda, Alberti, Machado… A falta de intelectuales el sistema encarga la elaboración de la leyenda negra del franquismo a cualquier papanatas analfabeto. 



   Esta película ofrece distintos testimonios, en los que serenamente exponen sus visiones sin tener que interrumpirse ni insultarse como ocurre en la putrefacta televisión de nuestros días. Ya se sabe que cuesta más deshacer una falsedad que armarla. De ahí la necesidad de volver a revisitar películas como estas o libros de historia escrito por auténticos historiadores y no por contertulios jóvenes de programas que ejercen la mentira y el sectarismo. 


  En definitiva, es una película recomendable para quienes les interese este interesante periodo de la historia, para los historiadores y para todos aquellos que quieran formarse un criterio propio y no manipulado por el sectarismo actual.
  Esta claro que no es una película para un entrenamiento de un sábado noche, pero si para conocer nuestra historia, sin la cual no somos nada. La historia ratifica el ineludible pasado, alumbra el presente y nos vincula al futuro. Somos los herederos de esa historia. No podemos ni debemos ignorarla y, su respetuoso conocimiento beneficia a todos como enseñanza para saber construir el futuro.

 A propósito del subtítulo de mi crítica esta tomado de un reciente libro de historia títulado así, "Franco en el banquillo" de la editorial SND Editores, y que es de los mejores que he leido recientemente sobre el tema, y además que su estructura es muy similar a la de esta película. Porque consta de tres históriadores que van afrontando cada uno de los aspectos y temás más controvertidos del periodo franquista iluminándolos con la veracidad histórica. Temas como la autarquia, iglesia-estado, fosas y cunetas, el boom económico, las relaciones con EEUU....
Es un libro que puede servir como complemento bibliografico para ampliar los temas que en esta pelicula se tocan y de los cuales, por perspectiva histórica, no se desarrollaron lo suficiente.