El cine español vuelve a estar de luto con la perdida de uno de sus grandes actores, Alfredo Landa. Uno de los grandes que más sorpresas dio por demostrar lo que realmente es un actor.
En su primera etapa fundó un generó propio; el Landismo. Todo un retrato social de una época. Sociología pura. Toda una mezcla de éxito y popularidad. Títulos como "Cateto a babor" "Vente a Alemania Pepe" "Soltera y madre en la vida"(junto a Lina Morgan, otra de las grandes actrices) "No desearas al vecino del quinto"... Landa superaba las deficiencias argumentales para ofrecernos la interpretación de un auténtico cómico que recogía lo mejor de sus ídolos.
Y cuando muchos lo encasillaron en un estilo de cine y desde el prejuicio nada nuevo esperan de él, se cruzó en su vida Jose Luis Garci, quien confió ciegamente en el y le brindó la oportunidad de volver a demostrar que era un actor en el sentido pleno de la palabra, capaz de cambiar de registro completamente y ofrecer una actuación que nada tenía que ver con lo hecho anteriormente.
Gracias a Garci, vimos a Alfredo Landa como nuestro exponente del cine negro, nuestro Bogart. No exagero al afirmar sin ningún género de dudas que El crack es una obra maestra, así como su continuación.
Afirmaba Jose Luis que filmar con él era todo un privilegio, era un actor inteligente que sabía lo que le estaban pidiendo y sabía darlo con precisión. En películas como El crack, Las verdes praderas, Historia de un beso... supo sacarle era mirada mágica que tenía Landa, "es esa mirada que nace en un lugar que solo conoce John Ford. Esa mirada que viene y se va y que oscila como las lámparas de carburo..." Era una mirada detenida en un ventanal, expresando la soledad de su personaje, era el cine negro, con su frustración, soledad y melancolía hecha imagen. Garci consiguió capturar esas sensación y concretizarla en Alfredo Landa...
Alfredo Landa merecía el Goya por su sobresaliente interpretación en El Crack, y años más tarde también lo merecía por Canción de cuna o Historia de un beso. Pero claro, eran películas dirigidas por Jose Luis Garci y...y la idolología prima antes que el cine en esta chapuza de academia de cine que tenemos. Al final le dieron el Goya honorifico, que es la manera que tiene la prejuiciosa academia de intentar remendar los descarados errores que comete.
Gracias a Landa tenemos cine negro español con ese aíre americano y con unas características tan propias y originales, que han convertido a El crack y El crack Dos en películas de culto.
Su interpretación en Canción de cuna es portentosa. Ese médico que ve el paso de la vida a través de su relación con las monjas de un convento de clausura, como logró captar el sentimiento de un enamoramiento implícito sin decir ni una palabra, todo con la mirada;
"- ¿Y como quiere usted que ceda al matrimonio si todas las muchachas bonitas se meten en un convento?
- Don José, que me voy a tener que enfadar?"
O su poderosa interpretación en Historia de un beso, una especia de revisión de Volver a empezar, el enamoramiento de un señor de edad con una jovencita Ana Fernández. Ese monologo final de él se maravilloso.
Con Jose Luis Garci volvería a rodar Tiovivi c.1950 y su última película, la última aparición de Landa en el cine, en Luz de domingo. Fue la demostración de una relación sin igual entre actor y director, años de amistad y de trabajo. Calidad insuperable.
Como indica su libro, una especia de biografía-entrevista, Alfredo era el grande. Un gran actor capar de dar la vuelta al calcetín de la interpretación y ofrecer una vuelva ce tuerca en su propio perfil de actor, demostrando lo que realmente es un actor. Fue un libro donde Alfredo, sin pelos en la lengua y con la libertad que da la edad, decía sien tapujos lo que le daba la gana y opinaba sin miedo a nada.
Su pasó por televisión también dejó una imborrable huella, siempre será el eterno Sancho Panza televisivo en Don Quijote de la Mancha, o el entrañable nostálgico de gran corazón de la popular serie Lleno, por favor.
Alfredo Landa es parte importante de la historia de nuestro cine y de nuestra sociedad. Un actor que estaba dotado para la comedia, para el drama, la tragicomedia, el melodrama, podía hacer cualquier tipo de cine, lo mismo Chejov que Tennesse Williams . Un actor que decía que era un todo terreno, y a lo que Jose Luis le añadía, "yo creo que lo era, pero con un motor de Rolls Royce".
Hasta siempre querido Alfredo!
Esa última escena de El Crack II fue, al fin, la despedida de Germán Areta, aunque durante años -y hasta hace poco, según cuenta Marcos Ordóñez- jugara Garci con la posibilidad de embarcarse en el tercero: Landa y Casanova -maravillosa- salen de la oficina, apagan el rótulo -Areta investigaciones- y se alejan por el pasillo bajo los acordes de la cantata 147 de Bach -el más garciano de los clásicos-.
ResponderEliminarAsí es. Uno de los mejores finales de la historia del cine español. Garci quiso hacer la tercera hace dos años, pero no encontró el apoyo necesario. Pero con este final quedó muy bien cerrada la pequeña saga de Areta.
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