LA VENTANA INDISCRETA

   Un caluroso vernao, una cámara fotográfica, el aburrimiento de la noche, no poder dormir por el calor, las vacaciones fustradas por tener la pierna rota... Estos son los ingredientes de una de las mejores películas del maestro del suspense. La ventana indiscreta ofrece todo un tratado sobre la condición humana, sobre la curiosidad de Jeft sobre cada uno de sus vecinos, mirando por la ventana vera en cada uno de ellos la soledad, la alegría, el amor jóven, el afán de superación personal, la alegría de vivir, la rutina matrimonial...
  
   Gracias a ese accidente que le causó una rotura en la pierna a Jeft y que le sumió a estar dos semanas sin moverse, Jeft conoció a sus vecinos, nunca había mirado tanto tiempo seguido por esa ventana de su casa que da a un patio interior, y por la que ha visto pasar la vida misma... Pero una noche....justo cuando se estaba quedando dormido mirando por la ventana, oye ruidos raros, gritos de mujer, golpes... Pero el sueño le ha vencido. Cuando se despierta ve que uno de sus vecinos tiene la casa totalmente cerrada, y no hay rastro de su mujer, esa simpática mujer que siempre veía asomarse a la ventana... Cree que se ha cometido un asesinato en esa casa.

   Una vez que llegas a este punto de la película ya no puedes despegar la mirada de ella. Te atrapa. Es algo que el maestro Hitchcock conseguía en casi todas sus películas. Y por su puesto hay que destacar a la maravillosa novia de Jeft, la guapisima Grace Kelly, que cree que su novio esta loco cuando le cuenta sus sospechas. O la enfermera que lo atiende en su convalecencia, la gran actriz Thelma Ritter, con sus sabios consejos sobre el amor. Pronto este trío de personajes se enfrentaran casi sin darse cuenta a una peligrosa aventura justo en frente de su propia casa... Por culpa de esa ventana indiscreta.

   Hay que destacar los maravillosos decorados, una reconstrución de toda una vecindad, con su patio y sus ventanas, con todo lujo de detalles en su interior,  como si de una casa de muñecas se tratara, y una perfecta iluminación. Una película muy veraniega para ver una de esas noches de agosto, cuando el calor no deja dormir... justo como le pasó a Jeft...