¿Sabes lo que es un flashback?

¿Sabes lo que es un flashback?

viernes, 5 de junio de 2020

FRANCO, ESE HOMBRE


   Estamos ante todo un documento cinematográfico que constituye casi un siglo de la historia de España a través de la vida de Francisco Franco, testigo de excepción de casi todos los acontecimientos más notorios de la historia. Una película de relevancia historiográfica.


   Se trata de una película documental realizada a partir de material audiovisual perteneciente a la primera mitad de siglo. La idea surgió como acto conmemorativo  de los “XXV años de paz” organizada por Manuel Fraga Iribarne, durante su etapa como Ministro de Información y Turismo. Se le encargó la dirección al gran director José Luis Sánez de Heredia, uno de los cineastas de más éxito del cine español. La película contó con una buena banda sonora instrumental compuesta por Antón García Abril.

   El estreno en salas en el año 1964 fue un éxito. Un estreno de alfombra roja, photocall y glamour en plena Gran Vía. El cartel del filme cubrió la fachada del Palacio de la Música con un eslogan propio de un biopic épico: “Sesenta años de la historia de España a través de la biografía del hombre que la ha vivido más intensamente”. “El todo Madrid de las grandes solemnidades se encuentra en este estreno organizado por la junta interministerial de los 25 años de Paz”, contaron los noticiarios que calificaron el filme de admirable.




   Una película que despertaba mucha curiosidad a todos los niveles. Y en el año 1971, RTVE adquirió los derechos y comenzó a proyectarla en onomásticas del general Franco o, como dato curioso, ocupó la parrilla de tarde del día de la muerte de Franco. Desde entonces, y aún teniendo los derechos, el ente público acosado por distintos complejos no ha vuelto a emitirla.



   En contra de lo que escriben muchos indocumentados que no se molestan en leer ni en informarse,  en “Franco, ese hombre” Sáenz de Heredia  contó con una gran libertad de producción  y de criterio. Y como curiosidad, en los créditos, como segunda unidad de cámara, figura un hombre llamado a convertirse en el más prolífico de nuestra industria cinematográfica: Mariano Ozores. Quién por fin se le ha otorgado el Goya honorifico por toda su carrera.
   La película se estreno en plenos  tiempos de la apertura turística, de la integración económica internacional, del desarrollismo y de un avance social en todos los niveles. Y esta película quedó enmarcada también en esa modernidad reformista y liberal. 


   Franco, ese hombre nos  introduce en la historia de España pero desde el factor humano, por así decir, desde la persona y perspectiva de Franco. La película presenta a Franco como ese hombre, forjado así mismo desde sus orígenes humildes, y como ese hombre que había salvado al país de las hordas criminales del comunismo, luego lo había salvado nuevamente de las hordas del nazismo y, posteriormente, se había convertido en el padre benévolo de su pueblo consiguiendo el reconocimiento de las naciones y la paz.


  
 El crítico Fernando Méndez-Leite, que dirigiría el ICAA en los años ochenta, escribió lo siguiente en su Historia del cine español publicada en 1965: “Sáenz de Heredia ha logrado un apasionado documental revelador de muchas cosas desconocidas para las jóvenes generaciones y muy emotivo para los que vivieron los acontecimientos evocados en la pantalla con singular maestría”.


  La película tiene mucho de retorica literaria. Sáenz de Heredia lo hace a golpe de palabra inflamada. El filme, se articula en torno a una serie de escenas narradas por la omnipresente voz en off, con una excelente articulación y vocalización y con una retórica casi poética en la narración. En efecto, más allá del trabajo con el montaje y las valiosas imágenes de archivo, Franco, ese hombre se construye sobre la palabra, sobre el lenguaje. El narrador, por tanto, bascula entre lo lírico y lo épico.


   Heredia realiza algunos montajes habilidosos donde combina eficazmente mensaje y emoción. Una película perfectamente integrada, tanto estructural, como temáticamente. La estructura de la película es la de un largo flashback que arranca con el desfile de la Victoria del mes de abril de 1964 para luego sumergirnos en todo el proceso histórico, planteado como un largo y difícil camino hacia la paz. El filme es, actualmente, un valioso documento que nos permite conocer el desarrollo de la historia de España.


La película fue rodada  el lujoso technicolor y el formato cinemascope con que fue rodado el filme evidencian cómo Sáenz de Heredia pretendía apartarse de la “amenaza” televisiva que en esos años emergía con fuerza.  En la época en la que la televisión empezaba a implantarse en muchos hogares españoles, el director quiso recuperar el encanto del cine. Tuvo un gran presupuesto, una gran documentación avalada por historiadores y testigos de excepción.  Como la intervención en el guión del prestigioso historiador José María Sánchez Silva o como por ejemplo el médico Enrique Blasco Salas, que certifica el mito heroico de la herida de bala que Franco recibió en la batalla de Biutz y cómo logro salvarse milagrosamente y la fama que se ganó por ello entre los musulmanes que decían que tenia “baraka” (protección divina).


  La película  en  un momento dado, interrumpe el flashback histórico para situarnos en el momento presente de la película y nos sitúa en el pabellón español de la Exposición Internacional de Nueva York. La presencia de España en la Feria sirve para avalar la idea de que el tiempo de la autarquía ya ha pasado a formar parte de la historia y que el sentimiento de hostilidad internacional hacia el franquismo ha acabado superándose como prueba la aceptación que España posee en la capital del mundo, que por cierto fue uno de los pabellones más visitados en ese año.


   Y algo muy loable de esta película y que dice mucho de su honestidad es cuando llega el momento de la guerra civil y el narrador para la correlación histórica y en una alarde de reconciliación afirma que fue una contienda entre hermanos y que por respeto a unos y  otros que han fallecido en ambos bandos no emitirán imágenes de la guerra. No tiene sentido en el futuro del momento presente abrir heridas entre hermanos. La Guerra Civil ha sido superada por una paz que encuentra, en la política del desarrollismo y de la creación de la clase media, su ejemplo más directo.


    Sorprende este tono conciliador y de apuesta por la reconciliación entre hermanos que ahora le quieren negar a la película. O será que quienes lo niegan es porque ni han visto la película sino que simplemente han escrito el odio plasmado en una crítica sin argumentos ni fundamento histórico ni cinematográfico.

   Muy original los títulos de crédito del inicio, formados por un total de 23 fotografías que nos muestran a Franco en familia, besando, filmando o asistiendo al bautizo de sus nietas.  A Franco divirtiéndose, jugando al dominó o al mus, pescando un salmón gigantesco o cazando un ciervo, leyendo La Vanguardia o paseando en un velero con su esposa Carmen. A Franco ejerciendo su trabajo, recibiendo una delegación, escribiendo en su despacho o entregando la Copa del Generalísimo de futbol  al Real Madrid. Imágenes amables en las  que lo muestran  en su intimidad familiar o practicando sus aficiones culturales y deportivas.  Sintetiza muy bien la idea de mostrar el lado humano del jefe del Estado en su contrapunto de la ya conocida imagen oficial. 



   Las películas, igual que los personajes, deben ser valoradas dentro de su contexto. El cine español sirve de testimonio de nuestra historia. Sean los films de derechas o izquierdas, de propaganda o de crítica al régimen, todos dicen algo de nosotros mismos. La ignorancia en este punto y el sectarismo es lo que ha llevado a muchos a llenar de críticas negativas esta película  por verla desde la inquina y el odio y no desde una posición cinematográfica ni histórica. 


   Franco, ese hombre es una película que ha entrado en el olvido, bien por complejos o bien por odios y censuras, y ha acabado siendo una obra poco estudiada, a pesar de que en su momento fue uno de los principales esfuerzos históricos  de mostrar un momento clave para comprender el proceso de aceptación que el franquismo llegó a tener entre las clases medias españolas.
  

  Pero el verdadero hallazgo llega al final, con un giro metacinematográfico: La imagen se va empequeñeciendo y rodeándose de un marco oscuro. Lo que se ve entonces no es ya la película, sino alguien viéndola en una pantalla: es el propio Franco viéndola.  Al acabar la proyección y encenderse la luz, aparece por allí el director del filme, José Luis Sáenz de Heredia, para hacerle unas preguntas a Franco sobre la película y otros asuntos de Estado. Fue toda una sorpresa inesperada para los espectadores y que corroboraba  la idea de mostrar al jefe del Estado desde una perspectiva costumbrista y humana.








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