Por
fin pude ir al cine a ver esta película y he de decir que estamos ante una de
los mejores estrenos del año. Y también de la filmografía dePaul McGuigan,
junto con la interesante revisión que hizo de Frankenstein.
Esta película es una declaración de amor en
la enfermedad. El amor entre un joven de 28 años que conoce por casualidad a un
mujer alegre,
divertida y llena de energía y que resultará ser la actriz Gloria Grahame en la
que sería la última etapa de su vida. A pesar de la diferencia de edad, el amor
es posible y ellos lo viven con pasión. Muchos de los flashback están repletos
de esos momentos felices, llenos de salud, de amor. Maravillosa la escena en la
que van a un cine a ver un clásico de los 50 de la misma Gloria Grahame. Y de
como Peter queda ensimismado de su belleza juvenil que aún conserva.
La
película da un giro cuando la pareja ya viven juntos pero Peter sospecha que
Gloria le oculta algo. Lo descubrirá después de separarse y cuando un año después
ella viaja a casa de Peter. Y aunque al principio intenta ocultárselo, el
descubrirá que padece un cáncer de mama ya metastásico. Es en esos duros
momentos donde el joven Peter confirma cuanto la quiere. En realidad queremos,
pero siempre es cuando se atisba la pérdida cuando parece que nos damos
verdadera cuenta. Muy bonito el personaje de la madre de Peter, una señora que
comprende la relación que tiene su hijo con Gloria, que la apoya y de cómo se desvive por ayudar a Gloria
mientras esta en su casa.
Las
escenas más duras son esas en las que la enérgica Gloria se va debilitando.
Poco a poco se va yendo… Pero especialmente emotiva es la escena en la que
Peter la lleva a un teatro para recitar juntos el papel que él siempre le había
dicho que ella había merecido interpretar; la Julieta de Shakespeare. Y aún con
ese hilo de voz, recitan juntos partes de esa gran obra. Una escena de tal
intensidad y sentimiento en la que iba a ser la última interpretación de Gloria
Grahame, en un teatro vacío, sentada frente a frente con su novio. Una escena
hermosamente rodada.
Y por
supuesto la escena inevitable, cuando Peter no le queda otra que ver como el
hijo de Gloria viene a llevársela al hospital. Impresionante ese plano final de
Jaime Bell mantenido. Ni que decir tiene que de la interesante carrera que
lleva Jaime, este es uno de sus mejores trabajos, junto con “Historia de un
secuestro” o “MisterFoe”. Demuestra que poco a poco se un actor capaz de
transmitir una sensación de pérdida al espectador. Y por supuesto Annette Bening,
que hace una interpretación portentosa. Además de muy documentada y realista en
esa maldita fase final de la enfermedad.
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